El masaje facial Kobido también recibe el nombre de masaje facial japonés y significa <<camino de la belleza>>.

Se trata de combinar diferentes maniobras de masaje muy rápidas y superficiales, lentas y profundas, de digito presión y de drenaje linfático con el fin de relajar la musculatura, reafirmar la piel, mejorar el drenaje y la circulación sanguínea.

Se cree que este masaje nació en el Japón de los samuráis, quienes, al parecer, se daban masajes en la cara para calmar la mente, recuperarse de las batallas y potenciar su fuerza interior. Los resultados eran ya tan espectaculares que, con el paso del tiempo, la técnica fue adoptada por las emperatrices japonesas para mantener sus rostros eternamente jóvenes y bellos.

¿Cuáles son sus beneficios?

1.Reducción de la flacidez de la piel y corrección de pequeñas arrugas.

Fortalece y tonifica la musculatura facial ayudando a prevenir la flacidez y las arrugas.

2.Ayuda a tener una piel radiante.

Aumenta la circulación de la piel, favoreciendo la eliminación de células muertas, aumentando la luminosidad, aportándole una complexión de aspecto más juvenil.

3.Libera toxinas e impurezas

El masaje facial japonés aumenta la temperatura de la piel, lo que ayuda a que el sistema linfático transporte y elimine las bacterias y toxinas de las células de la piel de forma eficiente.

4.Regula la hidratación de la piel

Ayuda a aumentar la capacidad de la piel a retener la hidratación, creando una barrera emoliente contra la evaporación.

5.Libera la tensión muscular

Libera las contracturas del tejido muscular permitiendo una buena irrigación sanguínea por todo el rostro, aportando oxígeno y nutrientes a las células.

¿Cuántas sesiones se necesitan para notar los resultados?

Con una sola sesión se consigue una piel más descansada, luminosa y reafirmada, además de una profunda relajación de todo el cuerpo.